Manuela "la Soleares" y Rosa Malena eran dos anigas , se comenta que lesbianas, las dos cantaoras, que compartian piso entre Málaga y Marbella. Manuela se pasaba la vida en el escenario sin ganas de amores y Rosa simplemente llega un dia por casualidad al Café de la Marina, café de marineros que en realidad era un puticlub, como podeis imaginar y donde Rosa canta y alterna armando la marimorena entre los marineros.. Rosa, ya apuntaba maneras de jovencita cuando se llamaba Mary Rosa y aquel garrulo de Curro de Antequera le cantaba aquello de "Cabrita que tira al monte no hay cabrero que la guarde". Le atraian tanto los uniformes que una vez actuó ante los soldados, ya con el nombre de Rosa Morena (de ahi la cancion "mi Rosa Morena") y aquello fue francamente bochornoso e inenarrable.
Para Manuela la vida transcurre monótona, de su casa al tablao, del tablao a su casa, porque un mocito flamenco le habia hecho tiempo atrás una faena. Por las noches escuchaba las historias de sexo y coplas que Rosa le explicaba, mientras le decía: "tienes que animarte tia", "los hombres ya se sabe, son malos" "es lo que hay", hasta que un dia entra en el local un mozo rubio que llega, como no?, en un barco de vela y le impacta ver a la Manuela por el muelle entre dos cantaores. Por la noche la oye cantar y se quedá atónito: "Esta tia lo tiene todo" "menuda piba", se dice para si, prendándose de ella, mientras le susurraba al oido aquello de "Manuela no me llores, no me llores Manuela", a lo que ella respondia con el consabido " no me engañes marinero".
Rosa sigue prostituyéndose, entre copla y trago, en el Café de la Marina adquiriendo gran fama desde Málaga a Marbella. Como dominaba varios idiomas, el francés era su especialidad aunque tambien el griego, el tailandes y el birmano, no tenia problemas de comunicacion.Tanto va el cántaro a la fuente que acaba enamorandose de un ...marinero un tanto crápula que le hace sentir a ella, que iba de liberada, el martirio de los celos. Total, que una noche de viento de levante el marino se aleja de ella en un desplante. Y de madrugada le cuenta a su amiga Manuela lo que es conocer tarde y con daño la pena y el desengaño.
Manuela conmovida rechaza la oferta de su marinero de fugarse rumbo a la estrella Polar y desde entonces comparte con Rosa cama y macarrones, salen del armario formando una envidiable pareja de hecho hasta que, al legalizar Zapatero el matrimonio homosexual, se casaron en Marbella, oficiando el acto civil el por entonces alcalde Julian Muñoz y como invitada de honor Isabel àntoja. La fiesta, a la que asistieron todos los marinos de la VI flota y compañeras de profesión de Rosa, se celebró en La Cantora. No me extraña pues que Paquirrin sea un gran superviviente.