A principios de los 50 hay un Molina nada comprometido, excepto con su proyecto de vida, evita opinar de sus compañeros, excepto del Príncipe Gitano, y solamente cuando le preguntan en que fuentes bebió echa mano de los mayores, Caracol, Marchena, Valderrama, etc. Habla poco mas tarde de de que su objetivo es poner un bar a los hijos para asegurarles algo, Molina ingenuo.
En los 60 aparece un Molina mas gordito que parece estar viendo venir su declive y la forma de afrontarlo. No hay apenas documentos ni entrevistas esos años y sale alguna vez en TVE pero fijaros que ya lo tratan como un cantante pra el recuerdo cuando solo llevaba 15 años de profesión. Molina escéptico.
Esto parece que le afecta y empieza a comprometerse en las entrevistas de los 70 y así hasta el final, en la idea de que lo nuestro no puede morir, toros, cante, y futbol, menciona constantemente a Dios empieza a hacerse justicia a si mismo y a incluirse entre los mejores. Dice que voces como la suya, la Piquer, un Marchena o un Caracol no nacen todos los días y su tema de conversación parece ser Dios y la familia, aunque con esta última a veces muestra cierto descontento cuando dice que solo ponen sus discos para pedirle dinero o que él es el que tiene que trabajar mientras ellos disfrutan en Ibiza. Molina que repite su personaje, maneja bien su posición pierde la timidez en las entrevistas a sabiendas de que no es necesario parecer culto si no hablar de lo que uno sabe y sin complejos